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Hemos preparado una serie de cápsulas para gestionar mejor nuestras emociones. La idea es que estos pequeños vídeos sean ventanas imaginarias que nos ayuden a dejar de lado el miedo, la rabia o la preocupación, y a construir nuestro Equipo de Protección Emocional (EPE).
La pandemia nos ha provocado un cúmulo de sensaciones y emociones muy fuertes que se alternan, se mezclan, modulan de intensidad ... hasta que nos sobrecargan y nos desbordan. Para evitar llegar a este punto, os proponemos algunas estrategias de autorregulación emocional.
Debemos ser conscientes de la situación que estamos viviendo. Si la aceptamos, se abre la posibilidad de transformarla y nos prepara para ser flexibles y adaptativos. Si nos resistimos, nos instalaremos en el desánimo y en la queja, y eso nos bloqueará. En este sentido, es muy importante poner en práctica esta máxima: "Me cuido para cuidar y cuando me cuido, preparo a quien me cuida por qué me cuide".
En esta segunda píldora de la serie Gestión emocional en tiempos de pandemia, José Luis Bimbela, doctor en Psicología y docente en la Escuela Andaluza de Salud Pública, nos enseña a tomar las riendas de nuestra realidad a través de tres conceptos: ética, emoción y entrenamiento.
Nuestros pensamientos nos prueban día a día poniéndonos trampas, que podríamos comparar con agujeros profundos y oscuros. "Soy inútil", "No seré capaz de hacerlo", "No lograré terminar esta tarea" ... Cuando caemos en este tipo de pensamientos, negativos y oscuros, todo se hace pequeño y dejamos de ver la amplitud de la vida. Y lo peor de todo: creemos que estos pensamientos son reales.
La autorregulación emocional se adquiere a lo largo de toda la vida. Nuestras primeras experiencias van dando forma al sistema nervioso, y las que vamos viviendo posteriormente, lo van remodelando. La habilidad que tengamos para autorregularnos modulará nuestra forma de pensar, sentir y actuar, y así repercutirá en la forma de relacionarnos con nosotros mismos y con nuestro entorno. .
El apoyo social es la capacidad que tenemos de ayudarnos unos a otros. Es un recurso fácil, muy económico, y que está a nuestro alcance. Cuando tenemos apoyo social nos encontramos mejor, vivimos mejor y más felices. Sin embargo, somos expertos en complicarnos la vida y hacer que algo tan sencillo sea complicado.
Trabajar en equipo puede ser un factor de protección del desgaste profesional, pero para que esto suceda es necesario que todos los integrantes del equipo se impliquen para construir un escenario emocionalmente sostenible. Esto quiere decir que el equipo de trabajo debe funcionar de forma eficiente y saludable. Este escenario emocionalmente sostenible se construye bajo un paraguas grande y potente y que está preparado para resistir tormentas muy fuertes: la cohesión.