El Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIMM), que gestiona Fundación Galatea, nació hace 25 y se ha convertido en un referente nacional e internacional. La celebración del 25.º aniversario tuvo lugar el pasado 16 de noviembre en el Colegio de Médicos de Barcelona (CoMB). Fue la ocasión para reunir, dar la palabra y hacer un reconocimiento a profesionales que, durante este cuarto de siglo, han estado piezas fundamentales en la construcción y la consolidación del programa.
El Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (PAIMM) se impulsó como un proyecto pionero que, con los años y gracias al esfuerzo y excelencia de muchos profesionales que han tomado parte de él, ha ganado prestigio y se ha convertido en un referente nacional e internacional. Impulsado en sus inicios por la Junta de Gobierno del CoMB, el programa enseguida fue compartido por el resto de colegios de médicos catalanes y, más adelante, también reproducido por los colegios del Estado, a través de un acuerdo con el Consejo General de Colegios de Médicos (CGCOM), que dio lugar en la red PAIME. En Catalunya, hasta ocho profesiones sanitarias han acabado poniendo en marcha programas similares al PAIMM, bajo el paraguas conjunto de la Fundación Galatea.
La historia del PAIMM ha sido un largo camino de esfuerzo y de implicación de muchos profesionales e instituciones, el cual ha culminado en el que hoy es considerado un modelo de éxito en cuanto a la asistencia integral de los médicos y médicas con trastornos mentales y adicciones. Cerca de 3.300 médicos de todo Catalunya han sido atendidos dentro del programa desde sus inicios hasta ahora. El PAIMM ofrece varios recursos asistenciales (unidad de acogida, unidad de ingreso, hospital de día, atención ambulatoria, etc.) que se prestan en la Clínica Galatea y que reciben la financiación del Departament de Salut.
En el acto de celebración del 25.º aniversario, por un lado, se celebró el camino recorrido; del otro, los retos del presente y los proyectos de futuro. Fue la ocasión, además, para reunir, dar la palabra y hacer un reconocimiento a profesionales que, durante este cuarto de siglo, hansido piezas fundamentales en la construcción y la consolidación del PAIMM.
El presidente del Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña (CCMC), Josep Vilaplana inauguró el acto conmemorativo apelando a los valores del profesionalismo médico, “con los cuales entronca el PAIMM y que son la razón de su éxito” y, a continuación, dio la palabra al presidente del CoMB, Jaume Padrós, uno de los principales impulsores del PAIMM en sus inicios, entonces como secretario de la Junta de Gobierno del CoMB.
Padrós hizo un recorrido por la historia del PAIMM, recordando todas las personas que lo han hecho posible desde sus inicios. Destacó algunos conceptos clave que han contribuido a este “éxito colectivo”: creatividad, complicidad, colaboración, confianza, confidencialidad... El presidente del CoMB recordó que los colegios de médicos son los garantes de la buena praxis ante la sociedad y que el PAIMM nació como un instrumento de control del ejercicio para garantizar la seguridad clínica. A la vez, sin embargo, “tenía que ofrecer un trato digno y una asistencia de calidad a los compañeros con problemas de salud mental”, en un entorno de confidencialidad. “Teníamos que dar una respuesta valiente, huir del corporativismo y ganarnos la confianza de los médicos”, resumió Padrós.
En los inicios del PAIMM, los impulsores contaron con la experiencia y asesoramiento de profesionales que, desde otros países, ya habían empezado a trabajar en temas ligados a la salud de los profesionales, como la psicóloga clínica y profesora emérita de la Universidad de Londres Jenny Firth-Cozens, que también intervino en el acto conmemorativo a través de un video. Firth-Cozens expuso las líneas que han marcado su investigación, las cuales contribuyeron al diseño del PAIMM y de la Fundación Galatea, y mostró que continúan siendo hoy en día plenamente vigentes.
A continuación, el catedrático de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y miembro del equipo creador del PAIMM, Miquel Casas, hizo un recorrido por todas las personas que protagonizaron los inicios del programa y destacó la disposición y colaboración del Departament de Salut, del hospital Vall d'Hebrón y de los laboratorios Almirall, a la hora de ponerlo en marcha ahora hace un cuarto de siglo.
Mesas redondas: logros y retos del PAIMM
Posteriormente, se abordaron y analizaron en dos mesas redondas, moderadas por el secretario del CoMB, Gustavo Tolchinsky, por un lado, los logros del PAIMM y, del otro, los retos de futuro. En la primera mesa, el psiquiatra y director médico de la Clínica Galatea, Eugeni Bruguera, destacó, por encima de todo, la confianza que, con los años, ha generado el programa entre los profesionales, los cuales acceden, mayoritariamente, de manera voluntaria.
Actualmente, alrededor de un millar de médicos y médicas se encuentran en seguimiento dentro del PAIMM. Bruguera también quiso poner en valor el enorme esfuerzo realizado por el equipo de la clínica durante la pandemia de COVID-19 para seguir atendiendo a los pacientes “con rigor y eficacia”, a pesar de las circunstancias y el enorme incremento de la demanda.
La enfermera Montserrat Martínez, que fue supervisora de Enfermería de la Clínica Galatea en los inicios del PAIMM, recordó cómo se imaginaron y adecuaron todos los espacios y destacó el gran paso que significó, dos años más tarde, abrir el programa -bajo la denominación de Programa Retorno- a los profesionales de enfermería, un colectivo “con elevada vulnerabilidad”.
La médica y responsable de la unidad de acogida del PAIMM, Carme Bule, insistió en el cambio que ha representado pasar de una demanda que a los inicios del programa era básicamente forzada o inducida, a una demanda que en la actualidad es voluntaria en el 98% de los casos. También apuntó que, en los últimos años, se ha constatado la necesidad de dar respuesta a cuadros menos graves, pero que generan mucho sufrimiento en los profesionales. Esta demanda ya dio lugar a la creación del servicio de apoyo emocional (SEPS), un servicio de atención psicoterapéutica que, transformado en telesoporte, se volvió fundamental en plena pandemia.
Cerró esta mesa el expresidente del Consejo General de Colegios de Médicos (CGCOM) y coordinador de la red PAIME hasta el 2020, Serafín Romero, que afirmó que “la existencia del PAIME es un motivo que justifica, por sí solo, la colegiación obligatoria de los médicos”. Romero destacó que el PAIME no tan solo se ha conseguido implantar en todas las comunidades autónomas del Estado, sino que ha sido un ejemplo y ha suscitado el interés de otras profesiones de elevada responsabilidad, como pilotos y jueces.
La siguiente mesa puso la mirada en el futuro. La psiquiatra y jefa del Servicio de la Clínica Galatea, Dolores Braquehais, apuntó algunos de los retos más inminentes que hay que abordar. Primero: mientras que socialmente se acepta pedir ayuda por cuadros ansiosos o depresivos, el estigma asociado a los trastornos mentales graves se mantiene. Segundo: las demandas de atención están cambiando y hay que estar atentos y dar respuesta a todo aquello que se deriva del cambio generacional, de la crisis demográfica de profesionales o de la llegada de profesionales provenientes otros entornos culturales. Tercero: es necesario conseguir una relación más fluida entre el PAIMM y los servicios de salud laboral de las organizaciones sanitarias.
La médica y referente del PAIMM en el Colegio de Médicos de Girona (COMG), Carolina Roig, puso sobre la mesa la necesidad de hacer más difusión y promoción del programa entre los profesionales, especialmente más allá de Barcelona. Roig insistió que hace falta que los profesionales conozcan que tienen este recurso asistencial y de apoyo a su alcance a través de sus colegios profesionales.
En representación del Departament de Salut, intervino el director del Plan de Salud Mental y Adicciones, Joan Vegué, que destacó “el rigor, la originalidad y la ética” del PAIMM. También afirmó que la cura de los profesionales de la salud “es una prioridad del Departament de Salud”, no tan solo a causa de la actual carencia de profesionales dentro del sistema, sino también para garantizar la calidad de la asistencia. Sin embargo, admitió que hay que plantear nuevos enfoques, hacer prevención y abordar cómo se pueden mejorar las condiciones de los profesionales desde las mismas organizaciones sanitarias.
La vicesecretaria del CoMB, Sònia Miravet, cerró esta mesa, destacando la importancia de seguir trabajando para combatir el estigma y para consolidar la prevención. Miravet apuntó algunos retos que se plantean en el ámbito de la salud mental de los profesionales y que están muy ligados a los cambios demográficos: por ejemplo, la atención a los perfiles de médicos jóvenes con burnout (más proclives a tratamientos de psicoterapia y no tanto a los farmacológicos) o el abordaje de los trastornos de la conducta alimentaria –de los cuales se ven cada vez más casos- y de los trastornos cognitivos.
Proyectos inminentes
La parte de la jornada dedicada a las ponencias se cerró con la exposición de dos de los proyectos inminentes que pondrá en marcha la Fundación Galatea, que dirige Antoni Calvo. En primer lugar, la psicóloga y coordinadora de formación y promoción de la salud de la Fundación, Marta López, presentó el proyecto del Espacio Galatea, un recurso que estará disponible bien pronto en Barcelona y que ofrecerá un amplio programa de intervenciones colectivas y de formación para impulsar el bienestar de los profesionales y de los equipos. El Espacio Galatea hará posible, además, la ampliación de las consultas externas de la Clínica Galatea.
El otro proyecto que empieza a andar es la Cátedra Galatea de la UAB, que presentó el catedrático de Psiquiatría de la UAB, Antoni Bulbena. Se trata de un ejemplo de colaboración en que “la Universidad sale afuera a buscar iniciativas y proyectos como el PAIMM, que generan conocimiento y de los cuales se puede aprender mucho”, definió Bulbena.
Reconocimientos personales
La jornada conmemorativa de los 25 años del PAIMM reservó la parte final para hacer un reconocimiento especial a tres personas que han sido piezas capitales a lo largo de la historia del programa: Antoni Arteman, primer director de Fundación Galatea; el catedrático Miquel Casas y el hasta hace poco responsable de relaciones institucionales de Almirall, Ignasi Martí. Los tres recibieron una placa conmemorativa en honor a su trayectoria vinculada al PAIMM.
Cerraron y despidieron la jornada el presidente de Fundación Galatea, Miquel Vilardell; y el consejero de Salut, Manel Balcells. Vilardell no dudó en atribuir el éxito del PAIMM a la capacidad de liderazgo de las personas que han estado al frente del programa a lo largo de estos años, a la calidad y competencia de los profesionales implicados y al compromiso de instituciones como el CoMB, caracterizadas por los valores. El PAIMM ha sido posible porque “ha habido una idea, ha habido liderazgo y ha habido el apoyo necesario”, resumió Vilardell y, en este sentido, agradeció al Departament de Salut que creyera en el proyecto desde el principio y a los colaboradores como Almirall, Mutual Médica o Asistencia Sanitaria, su apoyo económico.
El consejero de Salud, Manel Balcells, cerró el acto y se refirió al PAIMM como una historia de éxito, que ha sido posible gracias a la suma de “profesionalismo, eficacia y discreción”. Agradeció la “contribución impagable que el PAIMM ha hecho al bienestar de la población” y reiteró el compromiso “intenso” del departamento con el programa. Balcells admitió el malestar que hay entre los profesionales de la salud y apostó por cuidarlos y por la prevención. “Es vital para el futuro”, afirmó.
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